#MiRecuerdoEnElTec Mis cinco grandes partidos en el Estadio Tecnológico

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Se viven épocas llenas de nostalgia y buenos recuerdos para la afición Rayada.

Como es sabido, el actual torneo será el último que tenga al Estadio Tecnológico como casa del Club de Futbol Monterrey, al grado que quizá mañana sábado se juegue el último partido en estas instalaciones.

Es por eso que hago este pequeño recuento con los cinco partidos jugados en esta cancha que en lo personal recuerdo con más cariño. Por obvias razones, solo se incluyen encuentros en los que un servidor haya estado presente.

5. Monterrey 3 – 1 Morelia (Final de Ida, Torneo Clausura 2003)

Los Rayados jugaban su primer final en 10 años y llegaban motivados después de vencer a su acérrimo rival en semifinales. Era verdaderamente increíble ver por primera vez a mi equipo jugando una final (era muy pequeño en la del 93, los recuerdos escasean) y el campeonato estaba más cerca que nunca.

La fiesta comenzó en los primeros instantes del partido con un gol de Walter Erviti, ventaja que posteriormente incrementarían Guillermo Franco y el Pirata Castro de penal.

La razón por la que este partido no ocupa un lugar más alto vino en los últimos instantes del partido con un golazo del Bofo Bautista, el cual le daba vida al equipo de Monarcas. Afortunadamente, el equipo cerró la cortina en el partido de vuelta y logró bordar la segunda estrella en el escudo.

4. Monterrey 4 – 3 Cruz Azul (Final de Ida, Torneo Apertura 2009)

Unos años después de perder finales casi consecutivas ante Pumas y Toluca llegaba una nueva oportunidad de ampliar la colección de trofeos del equipo. Los Rayados lucían fuertes, motivados y daba la impresión de que esa copa no nos la iba a quitar nadie.

Bajo una lluvia tupida y un fuerte frío comenzaba el partido. Apenas la afición ocupaba sus asientos cuando cae el primer gol a favor, con el cual muchos nos sentimos campeones. Después vino una pesadilla…

Cruz Azul empata, da la vuelta e incrementa su ventaja a 1-3, escenario que nos hacía pensar que la tercera estrella tendía que esperar. Pero apenas venía lo bueno…

En el segundo tiempo Monterrey mostró otra cara. Suazo acortaba distancias, Santana lo empataba y de nueva cuenta el Chupete anotaba para darle la victoria al Monterrey. Una auténtica locura.

Como anécdota, las condiciones climatológicas hicieron que contrajera la peor gripa de mi vida, misma que me tuvo en cama hasta que se jugara el partido de vuelta, con el cual me curé como por arte de magia.

3. Monterrey 2 – 1 Tigres (Semifinal de Vuelta, Torneo Apertura 2005)

Nuevamente nos enfrentábamos al rival más odiado en una semifinal, pero ahora llegábamos al partido de vuelta con un escenario muy distinto al anterior. La ida la ganaron los Tigres 1 – 0, por lo que era necesario derrotarlos por cualquier marcador para pasar a la gran final.

En un partido lleno de drama y no apto para cardíacos el Monterrey se ponía al frente con un penal anotado por Lucho Pérez, el cual le daba momentáneamente el pase a los Rayados, pero minutos después Walter Gaitan empataba devolviéndole la ventaja a los felinos.

Cuando parecía que los de Sinergia seguirían con vida llegó, ¿Quién más?, el Guille Franco anotando un gol con la punta de los dedos, quizá el que más he gritado en toda mi vida. Jamás me cansaré de revivir esta escena.

2. Monterrey 4 – 2 Santos (Final de Vuelta, CONCACHAMPIONS 2013)

La serie llegaba empatada a 0, por lo cual el Monterrey requería ganar por cualquier marcador para consagrarse como tricampeón de la justa continental (El empate a 0 enviaba el partido a tiempo extra, el empate con goles le daba el título al rival). Santos se iba con ventaja de 0 – 1 al medio tiempo y en los primeros minutos incrementaría la ventaja a 2. Parecía que todo estaba perdido, pero la magia de Vuce se hacía presente…

Aldo Denigris acortaba distancias, Neri Cardozo lo empataba y de nueva cuenta Aldo anotaba para dar la vuelta cuando el partido se encontraba en la recta final. Por si fuera poco, Suazo anotaba un gol más para liquidar cualquier esperanza Lagunera. Sin duda alguna una noche mágica.

Mención Honorífica: Monterrey 1 – 1 Puebla (Jornada 17, Torneo Verano 99)

Las demás historias de esta publicación están llenas de gloria, alegría y momentos de notable éxito. Esta nos enseña la otra cara de la moneda.

Eran épocas difíciles para los Rayados. Una serie de malas decisiones a nivel directivo y serios problemas económicos llevaron al equipo al borde del descenso, al grado de jugarse la permanencia en la última jornada del Torneo Verano 97.

El Monterrey anotaba primero con gol del Alvin Pérez a pase del Abuelo Cruz, un histórico del equipo que volvía a ponerse la de rayas en la etapa final de su carrera. Posteriormente empataban los poblanos, lo que provocó que los últimos instantes del partido se vivieran con gran nerviosismo. Afortunadamente, todo terminó así y el equipo permaneció en primera, lugar al que pertenece.

Monterrey 3 – 0 Santos (Final de Vuelta, Apertura 2010)

Los Rayados y los Laguneros enfrentaban su primer final de 4 que se jugaron en un periodo corto de tiempo. Tras ganar en la ida 3-2, el Santos necesitaba no perder la vuelta para ganar el título, e incluso se podían dar el lujo de perder por un tanto para mandar el partido al alargue.

En los primeros 45 minutos Chupete anotaba el primer tanto, el cual igualaba las cosas en el marcador global, dando un poco de tranquilidad a la tribuna. Lo mejor vendría en el complemento…

Basanta anotaba de cabeza el 2-0 y de nueva cuenta Suazo marcaba un tremendo golazo techando a su cliente Oswaldo Sánchez el cual aseguraba el título. Por primera y única vez (por ahora) veía a mi equipo coronarse como Campeón de México ante mis propios ojos.

En fin, es lindo recordar estos grandes momentos. Ojalá y se dé esa posibilidad y el tiempo de vida de este inmueble se alargue los suficiente para regalarnos otra anécdota más.

Quiero agradecer a todos los aficionados Rayados que han compartido conmigo estos y otros grandes momentos que he vivido en este Estadio, principalmente a mi padre Luis Cantú y a mis primos Juan Pablo y Güero, a quienes sin duda alguna les debo esta pasión.