Llegó una nueva y arriesgada opción para presentarnos los hechos ocurridos hace mucho, mucho tiempo en una galaxia muy lejana, superando la prueba de manera notable. No te preocupes, estás a punto de leer un review libre de spoilers.
El malvado imperio trabaja en los últimos detalles de la construcción de la Estrella de la Muerte, arma que aseguraría su victoria en contra de sus opositores. Cuando todo parece perdido, las fuerzas rebeldes encuentran una pequeña esperanza en la joven Jyn Erso y la posibilidad de sustraer los planos con los puntos vulnerables de la abominable estación espacial.
Para quienes no lo sepan. ¿Se acuerdan que al principio del Episodio IV, Leia usa a R2D2 y a C3PO para enviarle los planos de la Death Star a Obi Wan Kenobi? Bueno, esta es la historia de como se consiguieron esos planos.
Tuve la oportunidad de verla en su estreno de media noche y mi principal conclusión es la siguiente…
Rogue One: A Star Wars Story es la mamada.
No sé cómo chingados le hizo el director Gareth Edwards, pero consiguió presentar un producto nuevo, original, que brilla con luz propia, sin perder en ningún momento la mística que Star Wars ha ganado con el paso de las décadas.
Olvídense de la estructura narrativa de los siete episodios de la saga. Rogue One arriesga utilizando una configuración argumental inédita dentro del universo de George Lucas. Desde el desarrollo de cada personaje, los ángulos en los que se aborda la historia y el ritmo con el que se presentan los hechos, el primer spin-off de la Guerra de las Galaxias jugó una apuesta que, me atrevo a decir, ganó de manera contundente.
Acá no seguimos el andar de seres con capacidades extraordinarias que representan por si mismos un peso determinante en la eterna lucha entre la Fuerza y el Lado Obscuro, si no que somos testigos del trabajo de aquellos hombres comunes que aún con sus limitantes deciden hacerle frente al imperio.
Pero así como se exploran nuevos caminos, también coexisten múltiples elementos típicos de la saga que se encargan de recordarte en todo momento que estás ante una película de Star Wars. Dicho de otra manera, nunca te sientes fuera de este universo, pero si eres consciente que lo estás observando desde un lugar distinto.
Como era de esperarse, las referencias a distintos personajes y momentos de la saga aparecen en Rogue One. Cada una de ellas presentadas de manera natural, cero forzada, ofreciendo un resultado con tintes orgásmicos. Cuando la vean sabrán que no exagero.
Me gustó lo que hace Felicity Jones interpretando a Jyn Erso, la protagonista de la película, y no puedo hacer otra cosa más que aplaudir a Diego Luna por su notable rol como Cassian Andor. Al principio hay una escena en la que se enoja y el tono de su voz me recordó al «Rudo» Verdusco, mal, pero tras un par de minutos de desarrollo pasa este trago amargo y se convirtió en un personaje que no puede faltar en mi colección de FUNKO Pops.
En cuanto al aspecto visual, Rogue One está a la altura de lo que cualquiera podría esperar de una película como esta. Me permito señalar, como dato adicional, que aquí podrás encontrar algunos de los encuadres más espectaculares de la saga, específicamente hubo dos que me dejaron completamente maravillado. Si ya la viste, pregúntame cuales.
Pasando al lado negativo, mencionaré tres pequeños detalles que para mi gusto pudieron ser mejores.
El primer acto me pareció un poco acelerado. Si nos ponemos exigentes, podría decir que al inicio nos bombardean con una cantidad enorme de información nueva de manera muy rápida y es difícil digerirla, pero una vez que entras en ritmo, Rogue One no te suelta jamás.
El principal antagonista de la película, Orson Krennic (Ben Mendelsohn), queda a deber. Pero seamos honestos, ¿Quién lo necesita cuando te regalan la dosis exacta del villano más chingón en la historia del cine? Si, estoy hablando de Darth Vader. Me acuerdo y se me pone la piel de gallina.
Y por último, la música. Si hizo falta John Williams. Aunque el trabajo de Michael Giacchino está sumamente inspirado en lo que habíamos visto en las anteriores entregas, e incluso en momentos se alcanzan a percibir las notas emblemáticas de la marcha imperial o el tema de Luke, nadie como John Williams. Punto.
Voy a cerrar con dos pequeñas recomendaciones.
Primero: NO SE QUEDEN, NO HAY ESCENA POST-CRÉDITOS. Quizá era un poco obvio, pero decidí esperar por si las dudas. Les estoy ahorrando ocho minutos de su vida.
Segundo: VÉANLA LO ANTES POSIBLE. Vivimos en un mundo lleno de gente culera que no dudará en spoilear los momentos más importantes con el simple afán de joder. De hecho, ya he detectado a algunos de ellos.
Rogue One nos demuestra que hay Star Wars para rato. El nuevo universo expandido, ahora a cargo de Disney, da un paso sólido y nos permite soñar con nuevas historias de la saga que millones alrededor del mundo amamos. Casi les puedo asegurar que ya tenemos quien encabece mi lista de lo mejor del cine en el 2017.
luisc36 
las canciones de los créditos en las películas de star wars siempre han sido en cierta forma un resumen musical de la película, incluyendo una pequeña parte de la mayoría de los temas musicales, creo que no estas desperdiciando 8 minutos si lo ves de esta manera, bueno al menos en eso me enfoque en esta ocasión, sabiendo que era muy improbable tener una escena post créditos.
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